Recientemente salió a la luz quizás el escándalo más grave que protagoniza el equipo insular del cabildo de Gran Canaria capitaneado por el partido regionalista de corte insularista Nueva Canarias: la utilización de 4´5 millones de euros de dinero público para comprar a personas que hagan propaganda.
Pero no es una propaganda cualquiera, es concretamente a favor de uno de los mayores atropellos medioambientales de la historia del archipiélago: la deficitaria, desfasada e insegura central hidroeléctrica Chira-Soria, cuya obra supone el inicio del proyecto Ecoisla, el programa electoral con el que se presentó Morales al cabildo de Gran Canaria que consta, irónicamente, en la destrucción de territorio natural insular (recordemos que la isla en su totalidad es reserva de la biosfera) en pro de la supuesta “ecología/transición verde”, un nuevo hijo bastardo eufemístico del tradicional “progreso”.
Una operación al más puro estilo cosa nostra mediante la cuál la empresa 22 grados, que le ha llevado las últimas campañas electorales a la formación regionalista, pide al cabildo insular textualmente que “reduzca la contestación entre ciertos colectivos al proyecto Central Hidroeléctrica Chira Soria” para que la población se “sienta orgullosa del proyecto” a través de “generar prescriptores que ayuden a generar una imagen positiva” siguiendo postulados de manipulación de la opinión pública que perfectamente podrían ser autoría de Goebbels (“repite una mentira mil veces y será verdad”).
Si ya el equipo de Morales mostraba una clara desesperación en obligar a que ése proyecto se comenzara, es la gota que colma el vaso del hartazgo de toda la trayectoria ecocida del actual Cabildo de Gran Canaria: colocación en el jardín canario Viera y Clavijo de elementos no canarios a los que lamentablemente vimos su total desprecio por la flora canaria (destrozo de varios ejemplares de bastantes años de drago canario, dracaena draco, con la excusa de una ampliación de párking; ofrecimiento de terrenos del cabildo en la Cruz de Acusa para imponer el radiotelescopio en el Tamadaba con el consecuente impacto al paisaje y a la biodiversidad; la desaparición paulatina de arbolado urbano; el claro y lamentable estado de los palmerales canarios, phoenix canariensis protegidas en su totalidad, especialmente en zonas de ámbito del cabildo y de equipos de gobierno de NC; así como un largo etcétera.
Frente a estas actitudes conspirativas y bochornosas para nuestra tierra, seguiremos con una oposición férrea a todos los chanchullos que se están llevando por delante a nuestro archipiélago y a la dignidad de algunas personas que creen que unas montañitas de euros valen la pena para vender y destrozar algo tan único y preciado. Nuestra biodiversidad única en el mundo.
No van a poder, no les vamos a dejar.
Acción Tajinaste y Ahul! Juventudes Ahora Canarias.