Las Carmen Calvo, Celaá, Ábalos etc., Ministras cesantes en la remodelación del Gobierno producida hoy, son social-liberales del PsoE (vaya esta obviedad por delante). Pero también debemos apuntar que han sido sustituidas por personas del ala más derechista del anterior Gobierno e igualmente por sectores del ala más derechista del propio PsoE.
Especialmente significativo es el caso de Nadia Calviño, hasta ahora Ministra de Economía y Hacienda que ha sido catapultada a la Vicepresidencia Primera (esto es: segunda en el escalafón, tras Pedro Sánchez). Calviño, como resulta público y notorio, es una ultraneoliberal que ha manifestado reiteradamente su desacuerdo con todas y cada una de las (escasas) medidas sociales que ha venido implementando el ejecutivo del Estado; por oponerse, se opuso a las subidas del Salario Mínimo Interprofesional, las de las Pensiones, etc.: Calviño y cía., cual si cromos fueran, podrían perfectamente ser miembros de un Gobierno de coalición PP-Vox “sin despeinarse” (hablando en términos políticos), ni variar un ápice de las posiciones que mantienen en este momento. Esa es la verdad forense.
En cuanto a Unidas Podemos (Podemos+IU), como no podía ser de otra forma, no han sido tocados en ninguno de los cinco ministerios que ocupan, ni, previsiblemente, lo serán en momento alguno durante la presente legislatura… El PsoE está encantado con el triste papel que han venido desempeñando y desempeñan en su calidad de “miembros libre-oyentes” del ejecutivo del Estado, asumiendo el papel de “compensadores” (a los puros y estrictos términos de imagen) de sus políticas neoliberales (que son las que, al final, se adoptan en los asuntos más importantes). Alberto Garzón, Irene Montero etc. pueden estar muy tranquilas: Pedro Sánchez, como dijimos, no va a provocar ninguna crisis gubernamental dirigida a removerlos de sus sillones: Unidas Podemos se basta y sobra por sí sola para darse “tiros en el pie” un día sí, y al siguiente también, y el PsoE de Pedro Sánchez contempla con regocijo cómo las suicidas políticas de Unidas Podemos (hablando en sus propios términos electoralistas) conducen a la coalición socialdemócrata hacia su conversión en una Organización marginal, cuyo caladero de votos se traspasará, previsiblemente, a las filas de los social-liberales.
En resumen, esta remodelación del Gobierno del Estado nos anuncia que, a partir de ahora sus decisiones en materia de reformas sociales se transformarán de escasas (por no decir cuasi-nulas o en todo caso alguna medida puntual y de orden menor dirigida a justificar la presencia de Unidas Podemos en el ejecutivo), nos anuncia la profundización de sus políticas neoliberales y tiempos muy duros para las clases populares del Estado y de Canarias.